“Tiempo sin medida” recurre de nuevo a las videoacciones y a la multipantalla para hacer una especulación conceptual sobre las bases formales del lenguaje del video. El proyecto hace una metáfora sobre la percepción de los tiempos subjetivos a partir de experiencias personales relacionados a la enfermedad, tratamientos químicos, trastornos depresivos y soledad. La locación es la casa vacía que construí con mi expareja. En el espacio que solía ser la sala me coloco una enredadera a manera de vestido. Esta enredadera marca un periodo de tiempo, ya que creció desde cero el día en que se abandonó la casa. La acción fue deshacerme de las hojas una por una hasta quedar un esqueleto.